Cuando tenía yo iba al cole y al instituto, nadie salía de su casa sin sus calentadores.
Más tarde, eran un vestigio ochentero del que ya nadie se acordaba, pero, como todo acaba volviendo, los calentadores que puso de moda la recordada gimnasta que salía en la tele a enseñarnos cómo ponernos en forma, se han reinventado para adornar nuestras botas y botines.
¿No os parece un complemento perfecto para darle un aire casual a nuestra ropa? a mi me parece perfecto, con unos cuantos calentadores, más largos o más cortos, podemos cambiar nuestro calzado y hasta nuestro look.
Este invierno, todo el mundo con sus calentadores retro en todos los colores y texturas que la imaginación os permita.
